3 Mitos del Desarrollo Infantil que Todo Padre Debe Conocer
- Miguel Mares

- 8 sept
- 8 Min. de lectura
NOTA: Esta publicación fue escrita por nuestro Coordinador de Deportes Recreativos: Miguel Mares.
¿Has buscado respuestas sobre el desarrollo de tu hijo en internet y terminaste más confundido que antes? No eres el único.
Como padres, es natural tener dudas sobre si nuestros pequeños van por buen camino. El problema surge cuando acudimos a internet en busca de respuestas y nos encontramos con una avalancha de información contradictoria: artículos que se contradicen, videos con títulos alarmistas y "expertos" que simplifican conceptos complejos para generar más clicks.
La realidad es que la sobresaturación de información puede generar más ansiedad que tranquilidad. Por eso, queremos compartir contigo 3 de los mitos más comunes que escuchamos entre las familias de nuestra comunidad, respaldados por evidencia científica real.

Mito No. 1:
Si mi bebé no empieza a caminar al año ya va tarde.
Este mito es super común, y no solo entre padres primerizos. Hay muchas mamás que si ven que su bebé ya está por cumplir un año y aun no empieza a pararse y dar sus primeros pasos se preocupan.
La realidad es que la Organización Mundial de la Salud establece que la mayoría de los bebés empiezan a caminar solos entre los 8 meses y hasta los 18 meses de edad.
Tips para papá y mamá
Que la ventana de edad normal para la caminata sea tan amplia, no significa que no haya cosas que puedas hacer con tu bebé para ayudarlo a aprender a caminar.
Participar en actividades físicas semi-estructuradas como clases de Baby Gym o estimulación temprana ayuda a desarrollar las conexiones neuronales que eventualmente sentaran las bases para un caminar más estable y seguro.
En casa, dale libertad a tu pequeño para que gatee y repte en distintas superficies. Alternar entre pisos duros, alfombras, pasto, colchones, grava e incluso sobre la cama (siempre con supervisión) genera una variedad de estímulos que le permitirán tener un mayor equilibrio al iniciar sus esfuerzos para conseguir esos primeros pasos.
Señales de alerta
Si tu bebé aún no es capaz de caminar solo al cumplir 18 meses, acércate con tu pediatra. Puede ser que necesite participar en actividades de estimulación temprana que lo ayuden a desarrollar los per-requisitos de la caminata.
Mito No. 2:
Si dejo que mi peque duerma la siesta, ya no va a dormir bien por la noche.
En su primer año de vida, los bebés necesitan entre 12 y 16 horas de sueño al día para crecer, desarrollar su cerebro, y procesar toda la información nueva a la que se exponen durante el día.
Conforme crecen, la cantidad de horas que necesitan dormir va disminuyendo poco a poco: 11 a 14 horas para peques entre 1 y 2 años, y 10 a 13 horas para peques entre 3 y 5 años; y es común que muchos pasen a tomar una o dos siestas al día y dormir por un periodo más prolongado durante la noche.
En esta etapa, es tentador intentar mantenerlos despiertos durante el día para que “acumulen el sueño” y así, supuestamente, duerman toda la noche sin despertarse. Sin embargo, esto puede tener efectos adversos en el desarrollo de los pequeños.
La siesta es una pieza clave en el desarrollo de tu bebé. No solo lo porque al descansar suele estar de mejor humor durante el día, también lo ayuda a consolidar la memoria y promover un mejor estado emocional y físico. Las investigaciones que se han hecho sobre el sueño de los bebés han revelado que la privación del sueño diurno puede provocar un estado de sobrecansancio y acumulación de fatiga, lo cual resulta en:
Mayores dificultades para conciliar el sueño por la noche
Más despertares nocturnos
Una peor calidad de descanso y recuperación en general
Tips para papá y mamá
Si ya tienes actividades planeadas durante el día para tu peque, y te preocupa que se las pierda por dormir la siesta, los siguientes consejos te pueden ayudar:
1. Crea rutinas de sueño lo más estables posibles
Empieza por determinar una hora de dormir por las noches y una hora de despertar por las mañanas para tu pequeño, y apégate lo más posible a ella durante toda la semana.
Sabemos que los fines de semana es tentador dejar que los horarios de sueño regulares no apliquen, pero esto puede ser catastrófico para el humor y el descanso de tu hijo.
Irse a dormir y despertar en el mismo horario es crucial para tener un descanso más profundo y reparador –inténtalo, te darás cuenta de que no solo es bueno para tu bebé– y puede tener un impacto enorme en el humor de tu peque durante el día.
Procura además que el cuarto en el que duerma se mantenga relativamente fresco, sin llegar a estar frío, y que entre la menor cantidad de luz y sonido posible.
2. Programa las siestas de tu peque en horarios recurrentes.
La mayoría de nuestras actividades como adultos sueles estar bastante programadas durante la semana, lo cual nos facilita planear nuestros días: Nos despertamos a las 7, llegamos a trabajar a las 9, comemos a las 2, vamos a hacer ejercicio a las 9 y nos dormimos a las 11. (Sabemos que lo de dormir a las 11 con hijos chicos suele ser más una fantasía que la realidad, pero el punto es el mismo)
De la misma manera, es mucho más fácil planear el día de tu peque si sabes que la hora de la siesta es de 2 a 3 PM todos los días que si estás constantemente a la merced del sueño de tu hijo.
Crear pequeños rituales que te ayuden a ti y a tu peque a darle más estructura al sueño diurno es una de esas labores que, a pesar de que al principio se sienta como una batalla cuesta arriba, terminará pagando dividendos por el resto de su infancia.
Y sabemos que cada familia es diferente y que el mismo horario no funciona para todos los niños. Así que aquí te compartimos algunos ejemplos de papás que asisten con nosotros a clases:
Siempre dar espacio para la siesta regresando de la escuela y antes de la comida
Oscurecer la parte trasera del carro para que pueda tomar la siesta de camino a sus clases de la tarde
Llevar un pequeño carrito con una cobija para cubrir para tomar la siesta en lo que esperan a que el hermano mayor acabe su entrenamiento de gimnasia.
Cada una de estas opciones estaba pensada para funcionar con el estilo de vida de cada familia, así que busca lo que mejor te funcione a ti y a tus hijos y empieza a programar esas siestas.
3. Encuentra actividades que te den la flexibilidad que necesitas
En nuestra opinión, no hay nada peor que un lugar que dice estar enfocado en el desarrollo de tu peque solo para terminar siendo inflexible en sus horarios y oferta de clases.
Un lugar que realmente esta pensado para tu peque debería de saber que los bebés son impredecibles por naturaleza y que, por más optimizada que tengas tu rutina familiar, habrá días donde nada salga como está planeado y que eso está bien.
Por eso, busca lugares que ofrezcan:
Reposiciones de clase sin justificante. Nada de que solo se puede reponer por enfermedad y con comprobante medico. Un lugar para peques debería saber que hay cientos de motivos validos para faltar a clase, desde la fiesta de un amigo, hasta necesitar una tarde de descanso familiar.
Variedad de horarios: Si el único horario que te pueden ofrecer para tu peque son los martes a las 4PM, la probabilidad de que puedan ajustarse a tu horario es prácticamente nula, y no hablemos ya de reponer si faltas. Ademas, si tienen tan pocos horarios, lo mas seguro es que tu grupo no sea una prioridad para ellos. ¿Realmente quieres estar ahí?
Facilidad para cambiar de grupos y horarios. Cambiarte de horario debería de ser tan fácil como acercarte a la recepción de tu gimnasio y solicitarlo. Nada de tramites laboriosos o esperarte hasta que acabe el periodo que ya pagaste. Busca un lugar donde sepan que tus horarios cambian con tu peque y que eso no debería de ser un problema.
Señales de Alerta
Si tu peque lleva varios días consecutivos, o con muy poco espacio entre ellos (piensa un día sí y un día no) con problemas para dormir, acércate a tu pediatra. Hay decenas de factores que pueden afectar el sueño de tu peque e impactar en su humor y sano desarrollo.
Mito No. 3
Las clases de estimulación temprana solamente es ir a jugar.
Hoy en día, y gracias a la proliferación del contenido educativo para padres en las redes sociales y el internet, este mito es cada vez menos popular. Pero todavía hay familias que creen que ir a una clase de Baby Gym o de estimulación temprana es llevar a su bebé nada más a jugar.
Algunas de las críticas que hemos escuchado son:
“Para ponerlo a jugar mejor le compro juguetes en la casa”
“Hace lo mismo que cuando juega solo en la casa”
“Todo lo que le enseñan aquí se lo puedo enseñar yo en el parque”
Y a pesar de que hay una pizca de verdad detrás de cada una de estas críticas, no cuentan la historia completa.
Cuando se trata de bebés, es importante tener 3 principios fundamentales en mente:
El progreso no es lineal
Cada bebé aprende a un ritmo y de manera diferente.
Para el propósito de este artículo, vamos a centrarnos en el primero de estos principios: El juego y el aprendizaje son inseparables.
Cuando tu asistes a una clase de Baby Gym, todo el material, las estaciones de trabajo, y el diseño de la clase están estructuradas a través del juego, pero no por eso significa que el aprendizaje se deje de lado.
Hay muchas formas de jugar, y todas estimulan distintas habilidades:
El juego libre estimula la exploración y la independencia
El juego simbólico estimula la creatividad y la imaginación
El juego semiestructurado fomenta el manejo de la frustración y la resolución de problemas
El juego estructurado fomenta la atención y las habilidades lógicas
El juego social desarrolla la empatía y las habilidades sociales
Y dentro de una clase de Baby Gym, lo más probable es que tu peque experimente una combinación de varios (si no es que todos) estos juegos. Ayudándolo a desarrollar las habilidades que le permitirán crecer y convertirse en un adulto balanceado.
Tips para papá y mamá
Participa lo más que puedas en clase con tu hijo.
Tu presencia en el salon no solo es por su seguridad, también estas jugando un rol crucial en su desarrollo: al verte reaccionar a las dificultades que el enfrente durante la clase, estará aprendiendo a manejarlas de mejor manera cuando el este solo.
Así, su manejo de la frustración, del miedo y del enojo se irá desarrollando de manera más robusta, dandole la oportunidad de enfrentarse a retos nuevos con mayor seguridad, socializar con sus pares, y ser más amable en general
Que no te gane la prisa por dejarlo solo en clase. La independencia llegará y, cuando menos te lo esperes, estarás deseando haber pasado más momentos junto a el. Regálate 45 minutos de tu semana para disfrutar de la compañía de tu hijo sin celulares, tabletas o pantallas, solamente los dos jugando y pasándola bien.
Señales de alerta
Si el coach o instructor de la clase de tu hijo:
- Está constantemente en el celular
- Se frustra cuando tu peque no sigue las instrucciones
- Constantemente ignora a los alumnos “menos talentosos”
Es momento de que busques una mejor alternativa para ti y tu peque.
Más de 200 familias ya forman parte de nuestra comunidad. ¡Súmate y transforma la crianza de tus hijos con información que realmente funciona!




Gran articulo!